Hace un tiempo escuche unas palabras en la película “Her”.
Parafraseando, el protagonista decía algo así como:
“…a veces, siento que he sentido todo lo que nunca voy a sentir, desde ahora no sentiré nada nuevo, solo… unas versiones menores de lo que ya he sentido…”
Eso que dijo, es algo que muchas veces he pensado en mi vida, es una reflexión que llega cuando hay tristezas…
La película aunque tiene unas bases muy ficticias, es muy real en cuanto a lo que se puede sentir y pensar cuando uno se siente solo.
Y muy sincera al describir las etapas del andar de dos personas… y como va cambiando la relación hasta llegar a un punto, donde no hay retorno y el pasado se vuelve tan entrañable…
Muy sincera en cuanto a la velocidad con la que vamos cambiando constantemente.
Y vamos exigiendo tanto al otro.
Y queriendo que llene carencias, o sospechando, y desconfiando…
Siempre andamos en busca de alguien que recree eso que nos falta, y que anhelamos sentir, o a veces eso que sentimos pero ya se fue.
Ese entusiasmo por la vida, por esas cosas que nos hacen sentirnos vivos.
No voy a contar la película, merece que la miren, con una mente abierta y ver ese mensaje que quiso dar quien la hizo.
El final me pareció tremendamente certero como conmovedor, como son las relaciones, como la vida misma, a veces triste. Y no por ello menos hermosa.
Es increíble por todo lo que los humanos tenemos que pasar, aun cuando estamos acompañados, podemos sentirnos completamente solos.
Nos queda ese instante de conexión, de amor. Esos breves momentos cuando nos sentimos parte de otro y al otro parte de nosotros. Porque verdaderamente el amor es esa fusión, esa unión donde se pierden uno en el otro. Aunque luego sigan cada uno su camino.