lunes, 5 de septiembre de 2016

La Musica

La música llega adonde no pudieron llegar las palabras… tiene poder para alegrar, entristecer, exaltar o abatir el alma, y todo lo hace porque llega en todo el sentido de la palabra a las emociones, contacta por dentro con esa fibra sensible que tenemos.

Se ha dicho que “Sin música la vida sería un error”, esto lo dijo Friedrich Nietzsche, claro que es pues, una exageración… Como todo arte nos muestra la belleza que puede estar presente a nuestro alrededor, en este caso, en los sonidos. 

Realmente la música nos hace la vida diferente cuando la escuchamos, cuando rompe con el silencio para transportarnos a esa parte de nosotros mismos de la que a veces ni siquiera nos percatamos, tenemos por dentro un alma, un espíritu que se mueve, que respira, que vive o muere cada día…

Creo que no todo lo que escuchamos como música responde a este sustantivo, al menos al que se refiere a una música bien lograda. La música tiene forma, estructura, ritmo, sentido, tiene como mínimo cierta armonía y definitivamente comunica un mensaje, eso no debe obviarse.

La música transmite un mensaje como intenta hacerlo la palabra, pero la música puede ser más contundente, más profunda en su calar.

La música puede edificar, sensibilizar, instruir, mostrar, llevarnos incluso a lugares insospechados del entendimiento, de los sentimientos y de los sentidos, sin movernos de lugar…, sin palabras, y puede hacerlo porque de alguna forma es un don, una dádiva por decirlo así. En palabras del filosofo Platón “La música es el impulso del sonido para llegar al alma y educarla en la virtud (…) La música es una ley moral. Confiere alma al universo, alas a la mente e impulso a la imaginación, es un amuleto contra la tristeza y lo vivifica todo.”
 
Pero lo que más me interesa de la música es esa capacidad de descubrir inquietudes que estaban escondidas, sentimientos o emociones que no pueden de pronto traducirse en palabras y que están allí… uno puede sentir que es un cóndor, bailando con el viento al escuchar el Cóndor pasa de Paúl Mauriat…

Y es así cómo la música nos arrastra… En este punto se puede entender lo cuestionable del mensaje que transmiten ciertos géneros, mensajes muchas veces de destrucción que se manifiestan incluso en los conciertos de Rock pesado por ejemplo, para mencionar el género más comentado en este sentido.

Se critica a los intérpretes de estos géneros, sus estilos de vida, y yo me pregunto, si son ellos directamente los que toman estas iniciativas o son arrastrados por lo que por dentro de ellos genera este tipo de música?

En este sentido recuerdo aquellas marchas que se dice se utilizaban para infundir temor a los adversarios antes de una batalla, en la guerra… hasta para esto sirve la música.

La música, no así otras artes, puede traspasar la limitación que puede tener cualquiera que la escucha para comprenderla, para sentirla… son ríos que pueden nadarse, espacios que pueden volarse al dejarla sonar… así de contundente es ella… es, valga la comparación, como una droga, ninguno está protegido contra sus efectos.

La música no tiene aquella limitación por la cual debe tratar de ser comprendida, empezar a escucharla es empezar a sentirla.

La música no necesita un “receptor” ella invaden el espacio al sonar, no necesita traductores, lo mismo que me transmite a mi puede transmitirlo a alguna persona en la China, o en Perú, solo por decir un ejemplo. Según  Magdalena Martínez  “La música es el arte más directo, entra por el oído y va al corazón.”  Cabe aclarar que solo me estoy refiriendo a la música, no a las canciones, que por lo demás pueden estar en consonancia con la música o no.

Como dice León Gieco: “La música es una cosa amplia, sin límites, sin fronteras, sin banderas” .

¿Cómo no amar la música?

 

sábado, 3 de septiembre de 2016

SI quieres ser Feliz, se Jardinero

“Si quieres ser feliz, sé jardinero.” Proverbio chino.

Desde niña me ha encantado admirar la naturaleza, ver una planta crecer desde una semilla, verla pequeña y tan frágil, ver como va tomando tamaño y fuerza, como hace frente al viento a la lluvia, como crece ante la mirada continua, y como puedo intervenir para que sea más bella, es quizá una ilusión más…

Me gustan los jardines, pero no demasiado manipulados, sino que se note que han sido dejados desarrollarse con cierta libertad, ver un árbol al lado de una enredadera que ha surcado su tronco, así como aquellas plantas más pequeñas que adornan el suelo, junto a alguna mariposa que se pasea alrededor, es ver como la vida a cada instante se abre paso…

Es contagiarse un poco del verde de las plantas, de la savia que recorre sus venas, de los colores de las flores, sus aromas, es impregnarse de lo puro y lo más simple…


jueves, 1 de septiembre de 2016

Reseña película: El viaje de Chihiro


Mientras se trasladan a su nueva residencia, Chihiro, una niña de diez años mimada y testaruda, y sus padres, se equivocan de camino y llegan hasta un edificio con un túnel en el que se adentran. Al otro lado encuentran un pueblo fantasma donde hay un restaurante con un magnífico banquete. Mientras los padres se ponen a comer, Chihiro, explorando el pueblo, se topa con Haku, un misterioso chico que le ordena que abandone el lugar antes de que anochezca. 
De repente oscurece, y la niña vuelve al restaurante para dar el aviso, pero sus padres se han transformado en cerdos y no recuerdan quienes son. Chihiro, aterrorizada, huye hasta un río en el que ve desembarcar a unos extraños seres: los Kami (dioses). Allí empieza a hacerse transparente y Haku, que llega en su ayuda, le dice que para no desaparecer debe comer algo de ese mundo y le da una baya. También le pide que busque un trabajo en la casa de baños termales de la bruja Yubaba, en la que la introduce secretamente, ya que así él tendrá tiempo para resolver el hechizo de sus padres, lo que les permitirá escapar. 
Yubaba terminará dándole un trabajo a Chihiro, pero con la condición de que la niña le entregue su nombre, algo con lo que la bruja se asegura tenerla a su servicio para siempre. Haku, a escondidas, le dará a Chihiro un papel en el que está escrito su verdadero nombre con el fin de que no lo olvide, ya que si esto sucede nunca podrá volver a su mundo.

El viaje de Chihiro es una película que puede enamorar a personas de todas las edades.
Por un lado, su argumento sencillo y sus personajes claros pueden atraer fácilmente el interés infantil. Y los distintos valores que enseña como la amabilidad, la humildad o la amistad son fáciles de comprender y pueden ser en parte educativos. Además, el echo de que los protagonistas sean tan jóvenes ayuda a que los niños se sientan identificados y que, por lo tanto, disfruten de la película. Por el otro lado, la obra introduce de forma indirecta temas mas sociales que solo los adultos perciben. Aunque los niños quizás no los detecten, pueden retenerlos de forma inconsciente y aprender de ellos. Un ejemplo para mi muy claro sería la cuestión de la contaminación ambiental. El primer conflicto importante o tarea que debe de superar Chihiro sucede con la aparición del Dios pestilente. Un dios bastante asqueroso por su aspecto y olor que nadie quiere tener cerca.

Pero durante su baño, Chihiro descubre que tiene algo clavado en su cuerpo, y al intentar extraerlo con el resto de los empleados, surge del interior del dios un sinfín de basura de todo tipo (desde bicicletas, lavabos, electrodomésticos varios, etc). Una vez desecho de todos los desperdicios, el dios antes pestilente se transforma en un hermoso dragón semitransparente que sale volando a toda velocidad. Esto puede leerse como una referencia a la contaminación, desde el momento en el que nos dicen en la película que este dios es un dios del río. Un hermoso río que acaba siendo repugnante a causa de la basura producida.

También se nos muestra un valor muy presente en la película, que es el de esforzarse por los demás. Si nos fijamos, desde el mismo inicio del film, Chihiro actúa y lucha por lograr un bienestar para quienes la rodean. Primero son su padres. Por devolverlos a lo que eran empieza toda la aventura. Luego por Haku.

Y por último, destacaría otro valor muy importante, que es no olvidar quienes somos. En El viaje de Chihiro, una de las cuestiones mas importantes es el recordar quien eres. El personaje de Haku es el portador de ese valor. Desde el principio, Haku se encuentra esclavizado y manipulado por la bruja solo porque olvida su propio nombre, olvidando así su propia persona. Yo lo interpretaría de forma bastante literal en este caso. Si no sabes quien eres, o como eres, es fácil que otra persona te engañe y se aproveche de ti. Por eso, definir tu propia personalidad es algo fundamental.

Y no solo es una gran película por su argumento. Tanto el diseño artístico como la animación son de gran calidad. Desde el primer momento que nos muestran un mundo de fondos y escenarios detallados y bien definidos, con hermosos colores y llenos de vida. Es fácil adentrarse en la historia con una ambientación tan trabajada.

Además, su animación apurada y tradicional, llena la película de movimientos fluidos y suaves convirtiendo la película en una obra de arte.

Por todo ello, en conclusión, recomiendo esta película a cualquiera que aún no la haya visto. Y a los que ya la conocían, les sugiero volver a verla para fijarse en todos los detalles que no apreciaron la primera vez.

Aqui les dejo un video espero lo disfruten...



jueves, 4 de agosto de 2016

Ilusiones

Hacer contacto con otro ser humano. Sentir que siente como yo siento. Sé que es una ilusión porque dura muy poco esa impresión. Al poco tiempo descubro los matices, las diferencias. 

La equivocación que cometo cuando creo que mirábamos lo mismo. Cuando me doy cuenta que el azul para mi es mar y para el es cielo, aunque azul, como dice la canción, el mar y el cielo nunca podrán tocarse…

Más dramático es descubrir que tan solo era yo quien miraba a lo lejos algún azul y la otra persona no miraba ni siquiera los colores… y que a quien creías conocer no era al otro, sino que la otra persona tan solo revelo el cumulo de impresiones que tenia dentro, que hizo posible mirarme, tan solo a mí misma.

Pero en esto que me ocurre creo que si puedo darme la mano con muchas personas, pues nos parecemos en ese instante en que descubrimos que el otro ser que conocimos era un fajo de ilusiones, ilusiones encerradas dentro de uno mismo.

Que lo más certero que pudiéramos hacer es interpretar nosotros mismos ese ser ideal, hermoso, que alberga dentro de sí todo lo anhelado… Si hiciéramos así, se nos pudiera ir la vida en ello, pero al menos pudiéramos darnos cuenta que pedimos a otros demasiado…

Creo que todo en la vida es ilusión, ilusión es saber lo que otros piensan, saber qué es la belleza, saber quién soy, quien eres.
Ilusión es saber donde se encuentra la alegría de vivir.

Todo es ilusión porque la verdad siempre nos va a golpear con más fuerza de la que esperamos. Hay cosas que tienen más valor de la que pensamos. Más tarde lo descubrimos. Cuando miras el rostro de tu hijo y sientes que por una sonrisa suya eres capaz de renunciar a todo, o de tomarlo todo… Y que esa breve certeza puede pintar tu camino y hacerlo todo más sencillo.

Son esas breves certezas las que ponen las ilusiones en su sitio, y las despojan de valor sino lo tienen, o le prende alas para que se eleven por encima más alto…

Son esas breves certezas que golpean por dentro, que sorprenden por inesperadas, las que nos sitúan en la realidad. Las que nos van definiendo como personas. Las que nos van descubriendo qué es lo importante. Para que no vayamos ciegos tratando de hallar en otros eso que es tan importante para nosotros, porque a veces no terminamos de saber qué es lo que nos mueve.

Hay que tener valores, sin duda, pero más importante es vivir eso que tanto valoramos. En el camino iremos soltando lo que sea necesario soltar y tomando lo que debamos tomar. 

Las ilusiones siempre nos acompañaran ellas irán cambiando con nosotros, creciendo o menguando pero son tan necesarias para vivir… Algunas se pasean por allí y caminan alrededor y te sonríen como creías que nadie podía hacerlo. Y te capturan tan solo en un breve instante...


martes, 2 de agosto de 2016

Cuando no eras tan bueno...

“Te ame ayer, te amo hoy, y te seguiré amando. Te ame desde los 14 años, cuando no eras tan bueno como lo eres hoy. Hoy eres muy bueno”. 

Esta es la declaración de una mujer mayor a su esposo en su aniversario de bodas. Lo vi en la serie Duck Dynasty.
 
Me llamo la atención porque dijo: “te ame cuando no eras tan bueno”. Es noble. Aunque lo está diciendo muchos años después, 50 años. Quizás ella a los 14 años no sabía que él “no era tan bueno”.
Pero el amor es así.

El amor mira con los ojos puestos más allá del momento, y puede ver lo que nadie más ve. Puede ver un rostro hacia el pasado encontrando la ternura perdida allá en la infancia, o mira imaginando al gran hombre que será en el futuro, o mira simplemente sintiendo sin saber porqué.

Luego, si encuentra espacio, ese primer amor formará vínculos que crecerán con el tiempo, e irá descubriendo cosas que de otra forma no se pueden descubrir, se puede llegar a sentir lo que de otra forma sería prácticamente imposible. Se anidarán sentimientos como volcanes internos, que no se sabe que están debajo de la tierra, y que solamente hacen erupción ante la separación…

Por eso las separaciones de personas que se han amado durante años son tan dramáticas. Nadie sabe lo que puede pasar sino cuando suceden, ni siquiera los involucrados. Solamente cuando ocurren, se sabe el daño tan grande que ocasionan. Porque no son dos, son uno, que cuando se separan quedan rotos por el medio….

Aunque en la actualidad las parejas no les dan el tiempo a las relaciones para que florezcan, por ello no llegan a saber lo que pueden llegar a tener o perder.

Me quedo pensando en esa frase, y a veces se llega a convertir en: “Te quise cuando eras difícil de amar…” Y el amor era tan dulce…

¿Qué tienen esas primeras impresiones que se quedan? y son capaces de construir sobre el mar castillos… y son capaces de empeñarse en quedarse aunque lo que mire sea vacio…

¿Y qué es eso que se construye por dentro que es imposible de romper hasta por el tiempo…?

Es porque el amor forja y hace al que lo profesa… Y al contrario de lo que se piensa transforma y va amoldando al que lo sufre, al que puede sentirlo y puede recrearlo de la nada… hace más al que lo da que al lo recibe.

Y son castillos inmensos que se construyen por dentro…

“Te ame cuando no eras tan bueno…” Me encanta esta frase… 

¿Quién ama, o quién sigue amando hoy así?

Seguro son muchos…


sábado, 23 de julio de 2016

Versiones

Hace un tiempo escuche unas palabras en la película “Her”.

Parafraseando, el protagonista decía algo así como:

“…a veces, siento que he sentido todo lo que nunca voy a sentir, desde ahora no sentiré nada nuevo, solo… unas versiones menores de lo que ya he sentido…”
 
Eso que dijo, es algo que muchas veces he pensado en mi vida, es una reflexión que llega cuando hay tristezas…

La película aunque tiene unas bases muy ficticias, es muy real en cuanto a lo que se puede sentir y pensar cuando uno se siente solo.

Y muy sincera al describir las etapas del andar de dos personas… y como va cambiando la relación hasta llegar a un punto, donde no hay retorno y el pasado se vuelve tan entrañable…

Muy sincera en cuanto a la velocidad con la que vamos cambiando constantemente.
Y vamos exigiendo tanto al otro.
Y queriendo que llene carencias, o sospechando, y desconfiando…

Siempre andamos en busca de alguien que recree eso que nos falta, y que anhelamos sentir, o a veces eso que sentimos pero ya se fue.

Ese entusiasmo por la vida, por esas cosas que nos hacen sentirnos vivos.

No voy a contar la película, merece que la miren, con una mente abierta y ver ese mensaje que quiso dar quien la hizo.

El final me pareció tremendamente certero como conmovedor, como son las relaciones, como la vida misma, a veces triste. Y no por ello menos hermosa.

Es increíble por todo lo que los humanos tenemos que pasar, aun cuando estamos acompañados, podemos sentirnos completamente solos.

Nos queda ese instante de conexión, de amor. Esos breves momentos cuando nos sentimos parte de otro y al otro parte de nosotros. Porque verdaderamente el amor es esa fusión, esa unión donde se pierden uno en el otro. Aunque luego sigan cada uno su camino.


jueves, 21 de julio de 2016

A la vuelta de la esquina...

Cuando llevamos bastante tiempo caminando y viendo el mismo horizonte tendemos a creer que no habrá más nada… se nos olvida que los horizontes se abren cada vez y cambian no solo para mal, sino también para bien…

Creemos que conocemos inclusive nuestro interior y todas sus aristas por dentro, y a veces ni eso conocemos… la ventana cerrada, ¿quién sabe que habrá cuando se abra?

El peligro de permanecer bajo el mismo esquema es ese, convencerse que no hay más nada…

Muy engañoso es el corazón, ¿quién lo conocerá?, cuan ciertas son estas palabras.

Estoy convencida que uno de los mayores errores que se comenten en la vida es pensar que sabemos cómo va a reaccionar nuestro corazón ante lo que nos sucede en la vida…

Una clave para saberlo son las puertas que dejamos abiertas, las ventanas, llamadas sueños, no digo expectativas, esas que se depositan en otros; me refiero más a aquello que serías capaz de hacer, las montañas que te atreverías a escalar o derribar… los mares que cruzarías nadando o que por encima te atreverías a volar… Las ideas con las que podrías bregar, lidiar o derribar… los sentimientos con los que podrías luchar, los odios que podrías contener o desechar, y ¿por qué no? , los amores que estarías dispuesto a dejar, soltar… y lo más interesante que ahora se me ocurre, dándole la vuelta , ¿a quién no le ha pasado que al dejar un amor, al soltarlo al viento y dejarlo ir, incluso al desecharlo y hasta despreciarlo, al ver lo lejos que iba en aquel horizonte donde todo se va empequeñeciendo, fue sintiendo al mismo tiempo como también ese amor se llevaba consigo una gran parte del corazón dejándolo solo, incompleto… son esas cosas que no se prevén… y que nos sorprenden tanto… Ah la vida! a veces ni se sabe qué o a quién quiere el corazón.  

A veces ni se sabe que la mente busca aventuras locas, libertades diferentes;  pero resulta que el corazón es tan feliz en una playa tranquila con olas calmadas trayendo en si el aroma de la brisa…

¿Quién sabe lo que hay a la vuelta de la esquina?  

No solo ante lo que se aproxima,  desconocido, sino también es bueno agregar lo que creemos tener completamente medido…